¡No se trata de Trump!

¡No se trata de Trump!

(15 de junio de 2023) — El 22 de noviembre de 1963 fue asesinado John F. Kennedy, joven y querido Presidente de Estados Unidos de América. Muchos de ustedes que están leyendo estas líneas pueden recordar exactamente dónde se encontraban cuando recibieron la noticia de ese espantoso acontecimiento, que cambió el curso de la historia para empeorar los próximos 60 años.

El daño se vio agravado por el Informe de la Comisión Warren, que fue un encubrimiento evidente, con el que enviaron la señal a una nación aterrorizada, de que los autores del asesinato estaban ahora al mando. Y sí, lo estaban. A Malcolm X lo asesinaron en una reunión en Harlem, al reverendo Martin Luther King, Jr, lo asesinaron en Memphis, Tennessee, de un balazo, cuando estaba apoyando una huelga de trabajadores del sector de salubridad, y Robert Kennedy fue asesinado luego de haber ganado las elecciones primarias demócratas de California y Dakota del Sur, lo cual lo presentaba como el posible próximo Presidente de Estados Unidos.

La guerra de Vietnam continuó por varios años más, y J. Edgar Hoover tenía en la mira a cualquier líder político o activista que se atreviera a oponerse al programa. Se realizaron experimentos alucinógenos, diseñados por “ex” nazis que ahora estaban con la CIA y el Instituto Tavistock del imperio británico, con estudiantes universitarios que utilizaban drogas psicodélicas para destruir su identidad, y la mentada “contracultura del rock, las drogas y el sexo” se volvió la cultura.

Durante este período, un brillante veterano de la Segunda Guerra Mundial, llamado Lyndon H. LaRouche, Jr., comenzó a reclutar a jóvenes talentosos en las universidades a todo lo largo de la Costa Este, desafiando las políticas económicas y culturales fascistas que estaban destruyendo a Estados Unidos. Para 1972, el FBI había escrito un memorando sobre la utilización del “CPUSA [partido comunista de EU] para eliminar a LaRouche”, y comenzaron a ocurrir asaltos físicos habituales contra los organizadores que distribuían publicaciones asociadas a LaRouche frente a las puertas de las fábricas en ciudades desde Nueva York hasta Chicago.

En 1976, LaRouche lanzó su primera candidatura a la presidencia de Estados Unidos, como candidato del Partido Laboral de Estados Unidos, con un cartel en el que aparecía el rostro de Jimmy Carter dentro de un hongo nuclear. Para 1980, Lyndon LaRouche, candidato a las primarias presidenciales del Partido Demócrata, contaba con el apoyo de dirigentes del sindicato de camioneros, los Teamsters, y de otras organizaciones importantes. Abogaba por eliminar la amenaza de una guerra termonuclear mediante el desarrollo de un sistema láser defensivo que pudiera inutilizar las cabezas nucleares, y habló de esta idea con Ronald Reagan, candidato presidencial republicano. A Reagan casi lo asesinan en los primeros meses de su presidencia, pero siguió adelante para poner en marcha la “Iniciativa de Defensa Estratégica” propuesta por el señor LaRouche.

En 1986, 400 agentes del FBI, alguaciles estadounidenses y policías locales invadieron la casa de Lyndon LaRouche en el condado de Loudoun, Virginia, con la intención de asesinarlo y eliminar a su organización. Tras una oportuna intervención del Presidente Reagan, el intento de asesinato fracasó, pero los documentos incautados en la redada se utilizaron para urdir una causa penal contra LaRouche y varios de sus asociados, que le valió cinco años de prisión en una cárcel federal, y a varios de sus asociados también les dieron largas condenas; aparte de la “quiebra involuntaria” que impuso el gobierno y que fue utilizada para cerrar casi todas las publicaciones de LaRouche.

Al día de hoy, gente mal informada y cobarde se retuerce cuando se menciona el nombre de “Lyndon LaRouche”.

¿Qué tienen en común todos los líderes que fueron mencionados anteriormente? Cada uno de ellos tenía una visión de una humanidad mejor, en la que los seres humanos aprendieran a vivir en paz. Como señaló Tucker Carlson, presentador de Fox News recientemente destituido, Trump se convirtió en un blanco desde el momento en que afirmó con contundencia que la guerra de Iraq se basó en mentiras y nunca debería haberse iniciado. Sospecho que ya era un objetivo porque sus opiniones sobre la necesidad de mantener “buenas relaciones” con Rusia e incluso con China deben haber hecho sonar las alarmas entre todos los belicistas en las infames “17 agencias de inteligencia”.

En las elecciones presidenciales del 2024, hay dos candidatos que han atacado al “complejo militar industrial” en el caso de Trump, o en el caso de Robert F. Kennedy, Jr., al “Estado corporativo”. Además, RFK, Jr. es sobrino de un Presidente que fue asesinado, e hijo de un futuro Presidente asesinado. Él ha declarado públicamente que cree que la CIA desempeñó un papel en esos asesinatos.

Ya sea que tú o yo estemos de acuerdo con estas dos personas en cualquiera de sus otras políticas, nuestra nación necesita con urgencia voces que hablen por la paz, y no debemos permitir que estas voces sean silenciadas mediante juicios amañados, difamaciones en los medios de comunicación, o algo peor.

Mi campaña para el Senado de Estados Unidos por el estado de Nueva York, está dedicada a sostener los principios de la Constitución de Estados Unidos, en particular la cláusula del “bienestar general”, que tan a menudo mencionaba mi mentor Lyndon LaRouche.

Te pido que me acompañes en dos asuntos urgentes:

1. Limpiar el nombre de LaRouche, para que sus brillantes iniciativas políticas y programáticas puedan debatirse libremente y aplicarse por el bien de nuestra nación y del mundo.

2. Actuar para asegurarse de que a Joe Biden, o a cualquiera que comparta sus puntos de vista en cualquier lado de la acera, no se le permita ganar, o robar las elecciones presidenciales del 2024.

PDF