No repitamos el error de diciembre del 2021: El plan de paz de Putin entre Ucrania y Rusia es nuestra mejor opción

No repitamos el error de diciembre del 2021: El plan de paz de Putin entre Ucrania y Rusia es nuestra mejor opción

24 de junio de 2024 —El 14 de junio, el Presidente de Rusia, Vladimir Putin, pronunció un notable discurso ante la plana mayor del Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia en el que planteó una hoja de ruta para poner fin a la devastadora guerra de Ucrania. Cabe señalar que el Presidente de Rusia no había realizado una reunión de este tipo desde noviembre del 2021, luego de que presentara una propuesta de tratado urgente a Estados Unidos y la OTAN en la que solicitaba determinadas garantías, entre ellas el que no se admitiera a Ucrania en la OTAN y la garantía de que no se colocarían armas nucleares en territorio ucraniano.  Asimismo, subrayó que no se permitiría la limpieza étnica de la población rusoparlante de la región del Donbás. El Presidente Biden, el entonces Primer ministro de Gran Bretaña, Boris Johnson, y el comando de la OTAN optaron por ignorar las legítimas preocupaciones de Putin y las propuestas del tratado.

En lugar de ello, permitieron, o más probablemente alentaron a las Fuerzas Armadas de Ucrania infestadas de neonazis, a que comenzaran a preparar una ofensiva contra la población de las zonas del Donbás que habían declarado su autonomía en el 2014, concentrando decenas de miles de tropas a lo largo de la "línea de contacto" entre el territorio controlado por Kiev y las repúblicas separatistas del Donbás. Es por eso que el Presidente Biden pudo decir con tanta seguridad que "Putin se está preparando para invadir Ucrania" (como también nos aseguró que el gasoducto submarino ruso-alemán Nord Stream II "llegaría a su fin"). El Presidente Putin ya había informado a Occidente que no se toleraría la limpieza étnica, por lo que el Presidente Biden, Boris Johnson y otros sabían que, con el fin de evitar asesinatos en masa, Rusia actuaría para adelantarse a la ofensiva militar ucraniana prevista. El 24 de febrero del 2022, el Presidente Putin anunció el inicio de la Operación Militar Especial de Rusia. Esto no fue una sorpresa, sino que fue el conflicto armado con Rusia que los dirigentes occidentales querían provocar.

A finales de marzo del 2022, los diplomáticos rusos y ucranianos reunidos en Bielorrusia y luego en Turquía habían llegado a una resolución diplomática de la crisis, pero antes de que los Presidentes Putin y Zelenski pudieran ultimarla, el Primer ministro Boris Johnson corrió a Kiev para instar a Zelenski a que no firmara y ofrecer garantías de que llegarían armas y dinero a Ucrania para apoyar en la "derrota" definitiva de Rusia.

Todavía no tengo claro si políticos como Boris Johnson, Joe Biden, Emmanuel Macron, el senador Lindsey Graham y otros están tan fuera de la realidad que realmente creen que Ucrania podría derrotar militarmente a Rusia, o si sólo lo dicen con el propósito de generar miles de millones de dólares en contratos de defensa, mientras intentan interrumpir el notable progreso de las naciones del BRICS en el establecimiento de un nuevo orden de relaciones internacionales. Sea cual sea el pensamiento que se esconde tras la disparatada teoría de que Ucrania podría derrotar a Rusia, lo que es obvio incluso para cualquier persona medianamente inteligente, es que Ucrania ha perdido. Ucrania ha perdido cientos de miles de hombres jóvenes, quienes potencialmente sostendrían las familias que ahora nunca van a existir, y la economía de Ucrania está en ruinas debido a los daños de la guerra y a la falta de fuerza laboral.

Incluyo estos antecedentes, porque debe entenderse que los llamados "dirigentes" occidentales no están realmente en condiciones de oponerse a la propuesta del Presidente Putin, que es bastante razonable, teniendo en cuenta todo lo que ha ocurrido, no sólo en los dos últimos años, sino desde el golpe de Estado en Ucrania orquestado por Estados Unidos y el Reino Unido en el 2014. En otras palabras, Joe Biden, Rishi Sunak, Emmanuel Macron, Olaf Scholz y el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, entre otros, no tienen ni una proverbial "pata sobre la que sostenerse", y es mi deber como candidata al Senado de Estados Unidos informarles de este hecho, y aconsejarles que acepten la oferta del Presidente Putin.
 
Aniquilación termonuclear o paz

Desafortunadamente, estos dirigentes occidentales, o tal vez sus asesores, parecen ser demasiado arrogantes y delirantes como para reconocer la verdad de lo que he afirmado con anterioridad, y están a punto de cometer un error que va a costar mucho más que unos pocos cientos de miles de vidas ucranianas. En lugar de considerar seriamente los términos planteados por el Presidente Putin para iniciar las negociaciones de paz, han optado por redoblar el peligroso camino de la provocación militar.

Después de que el Presidente de Francia, Emmanuel Macron, alarmara a los altos mandos militares franceses al sugerir el despliegue de tropas francesas a Ucrania, el Presidente Biden dio luz verde a Ucrania para utilizar misiles estadounidenses para atacar objetivos en zonas que son indiscutiblemente partes de Rusia. Cuando estas declaraciones irresponsables estaban en el ambiente, atacaron a las instalaciones rusas de radar de alerta temprana de Armavir, y esta misma semana cinco misiles ATACM de fabricación estadounidense, armados con bombas de racimo, fueron enviados desde Ucrania a Sebastopol, de los cuales cuatro fueron derribados, y el quinto, dañado, se desvió de su trayectoria y explotó sobre una playa, matando a cuatro personas, entre ellas dos niños, e hiriendo a otras 150. Al mismo tiempo, en lo que parece haber sido posiblemente un ataque coordinado, fueron atacadas iglesias y una sinagoga en Daguestán, con el resultado de 20 muertos más.

Tras los ataques de Sebastopol, el Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia convocó a la embajadora de Estados Unidos, Lynne Tracy, para decirle que el hecho de que Washington suministrara ATACMS a las Fuerzas Armadas de Ucrania (FAU) "convertía a Estados Unidos en una parte implicada en el conflicto" y que, dado que "la selección de objetivos y la introducción de datos de vuelo corren a cargo de tripulaciones militares estadounidenses, Estados Unidos comparte la misma responsabilidad que el régimen de Kiev en este atropello". El embajador ruso ante la ONU, Vassily Nebenzia, declaró: "El hecho de que Estados Unidos está implicado en este crimen está fuera de toda duda".

Pregúntense, si el Presidente de Rusia viajara por Canadá pidiendo la destrucción de Estados Unidos, mientras drones canadienses atacan instalaciones militares estadounidenses y matan a veraneantes en las playas, ¿cuál creen que sería nuestra respuesta?

Debería ser obvio, por las acciones emprendidas por Rusia desde el 24 de febrero del 2022, que Rusia no está fanfarroneando. Prácticamente han ganado la guerra en Ucrania y, a pesar de la escalada de provocaciones de Occidente, es poco probable que reaccionen de tal manera que desperdicien esa victoria inminente, aunque cabe esperar que tomen medidas en respuesta a los recientes ataques. Sin embargo, nos estamos acercando rápidamente a un punto de no retorno, en el que Rusia puede verse obligada a actuar con una fuerza devastadora, en el cual un error de cálculo puede acabar con el planeta.
 
Rusia ya ha ganado la guerra de Ucrania. Si aceptamos las condiciones propuestas por el Presidente Putin en su discurso del 14 de junio, el baño de sangre va a cesar y seguirá existiendo una Ucrania neutral, aunque sin Crimea, Donetsk, Lugansk, Zaporiyia y Jersón, que se han unido a la Federación Rusa. Si Occidente ignora al Presidente Putin en esta coyuntura y sigue lanzando ataques dentro de Rusia, obtendremos un resultado del que no habrá retorno.
 
Como candidata independiente al Senado de Estados Unidos, acojo con beneplácito la iniciativa del Presidente Putin del 14 de junio y pido a todos los patriotas estadounidenses que se unan a mí para exigir que nuestros representantes, incluido el Presidente de Estados Unidos, dejen de jugar con nuestras vidas y las de todos los habitantes del planeta, y acepten la propuesta de Putin como punto de partida para las negociaciones.

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