Discurso de Diane Sare, del Instituto Schiller, en la manifestación "Rage against the War Machine"

Discurso de Diane Sare, del Instituto Schiller, en la manifestación "Rage against the War Machine"

(19 de febrero de 2023)--Buenas tardes. Quiero darle las gracias especialmente a Nick [Brana] y a Angela [McArdle] por reunirnos a todos, y me alegro de que nos hayamos librado de cientos de agentes del FBI y miles de troles de la NAFO, manteniéndonos unidos para oponernos a que nuestra nación nos hunda en el abismo de la guerra termonuclear.

Estamos aquí, porque no parece que haya fondo, ni límite a la depravación de nuestro gobierno. El “Ellos nunca harían eso”, ha sido violado repetidamente, hasta el punto de que podemos estar casi seguros de que, si nosotros, el pueblo, no intervenimos, nos dirigimos al precipicio de la aniquilación nuclear.

Estamos aquí, porque hemos estado viviendo una mentira, como descubrió la pobre Lady Macbeth, una vez que cometes un crimen, dices una mentira, eso se multiplica, hasta que alcanzas un fin trágico.

A menos de que decidas no ser trágico. ¡Y estamos aquí porque nosotros decidimos no ser trágicos! La mentira comenzó al final de la Segunda Guerra Mundial, cuando falleció [el Presidente] Franklin D. Roosevelt. Nos dijeron que fue necesario lanzar, no una bomba nuclear, sino dos bombas nucleares, sobre Japón. No era necesario. Ya el emperador de Japón estaba negociando los términos de la rendición con la mediación del Vaticano. Nuestra celebración del Día V-E [Día de la Victoria] por la derrota a los nazis, que no habría sido posible que ocurriera sin el enorme sacrificio del pueblo ruso, duró poco. Y en vez de erradicar el nazismo, los hermanos Dulles, entre otros, protegieron a nazis en nichos de nuestras agencias de inteligencia y otras naciones, en nombre de la “lucha contra el comunismo”.

Luego, se perpetró el asesinato de nuestro Presidente, John F. Kennedy, y se mintió diciendo que fue “una bala mágica” disparada por un asesino solitario que, al parecer, también mató a Malcolm X, Martin Luther King y Robert Kennedy.

Después vino el 11-S, supuestamente perpetrado por un tipo con insuficiencia renal, desde una cueva en Afganistán.

Y hoy tenemos la mentira de que una buena mañana, el Presidente Vladimir Putin se levantó y dijo, “¡Caramba! Hoy me apetece invadir Ucrania”. E idiotas en nuestro Congreso, que sabían o debían haberlo sabido mejor, decidieron enviar $100 mil millones de dólares a un régimen banderista [Stepan Bandera] en Kiev, que fue creación nuestra, para llevar a cabo una guerra sustituta en contra de una potencia nuclear.

¡Y ahora, nos mienten con los amenazantes globos chinos!

Esto no va a acabar, a menos que lo detengamos, defendiendo la verdad, y la verdad es que la humanidad merece algo mejor. Hay un movimiento en marcha, un renacimiento del espíritu de [el Movimiento de Países] No Alineados, en el que las naciones se están uniendo, como en el BRICS, la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), la Unión Económica Euroasiática (UEEA), en un nuevo orden, basado en el respeto mutuo y en el compromiso de erradicar las causas comunes de los enemigos de la humanidad, como la pobreza, la enfermedad y el hambre, sin sacrificar la soberanía.

En lugar de intentar aplastar este nuevo paradigma, Estados Unidos debería unirse a él. Millones de personas están sufriendo en nuestra propia nación, debido a nuestra insensata insistencia en mantener la hegemonía mundial.

El Papa ha ofrecido el Vaticano para llevar a cabo conversaciones de paz sin condiciones previas. El Presidente [Luiz Inacio] Lula de Brasil propuso fundar un bloque de naciones para crear una organización de paz. Yo, junto con Helga Zepp-LaRouche, a quien ustedes escucharon [por video], respaldo estos llamados a una negociación. No se trata de si te gustan o no quienes hicieron en un principio la propuesta.

Debemos actuar en el espíritu de Marian Anderson, quien a pesar del horrible racismo que le impidió cantar en el Constitution Hall, hace 84 años, aceptó la invitación de Eleanor Roosevelt para cantar aquí, en estos escalones, el Domingo de Pascua de 1939. Para asombro de todos, ella comenzó el programa cantando “My Country ’Tis of Thee, sweet land of liberty, let freedom ring” [Mi país, es sobre ti, dulce tierra de libertad,... ¡deja que se escuche la libertad!].