Discurso de Diane Sare, candidata al Senado de EU, a la manifestación por la paz en Kingston, NY

Discurso de Diane Sare, candidata al Senado de EU, a la manifestación por la paz en Kingston, NY

Diane Sare, candidata independiente por LaRouche para el Senado Federal, dio el siguiente discurso el 27 de mayo en una manifestación por la paz y la libertad en el fin de semana del Memorial Day, en Kingston, New York. (Puedes ver y escuchar su discurso, en inglés). Enseguida reproducimos el discurso íntegro:

“No sabemos la promesa que hicieron estos hombres, la promesa que ofrecieron, una palabra que pronunciaron; pero sí sabemos que resumieron y perfeccionaron, mediante un acto supremo, las más altas virtudes de los hombres y los ciudadanos. Por amor a su país aceptaron la muerte, y así resolvieron todas las dudas e hicieron inmortal su patriotismo y su virtud”.

Estas palabras fueron pronunciadas por el general de división del Ejército de la Unión, el entonces congresista, James A. Garfield, el 30 de mayo de 1868, en el primer Memorial Day. Veintitrés años más tarde, el Presidente Garfield haría el mismo sacrificio, fue baleado cuando subía a un tren en Washington, DC.

Mi pregunta hoy, en este fin de semana del Memorial Day, cuando estamos al borde de una guerra nuclear con Rusia, o tal vez con China, o con ambas, es ¿cómo podemos honrar mejor a quienes dieron su vida por un noble propósito, y cuál fue el propósito de ese regalo, para que podamos cumplirlo?

Les hago una pregunta. ¿Es noble amar a nuestro país cuando este está haciendo cosas malvadas?

“Bueno”, ustedes pueden argumentar, “cuando esos soldados del Ejército de la Unión murieron, la Unión era buena, y estaban luchando por una causa noble”. ¿Creen ustedes que el Presidente Lincoln habría querido conmemorar sólo a los soldados del Ejército del Potomac, pero no a los soldados de la Confederación? ¿Por qué dijo, “sin malicia para con nadie, y caridad para con todos?”.

Entonces, ¿por qué debemos recordar a TODOS esos soldados de todas las guerras, que dieron su vida, incluidos los que la dieron por causas injustas?¿Debemos honrar la memoria de los que murieron en Vietnam y en Irak, y en Afganistán o en todos los lugares donde nadie sabe que los estadounidenses han estado luchando? ¿O sólo debemos conmemorar a los que murieron luchando contra Hitler? Bueno, Biden se ha encargado de eso: ya no celebramos la derrota de Hitler, aunque yo creo que deberíamos hacerlo.

Entonces ¿por qué honramos a esos soldados? Y ¿por qué deberíamos hacerlo? Porque sé que en sus entrañas sienten, como yo, que debemos recordarlos a todos, y los recordamos especialmente en este fin de semana.

Los recordamos porque fallecieron cuando podían haber vivido. Y porque sabemos que nuestra misión, sea lo que sea por lo que ellos hayan creído que luchaban, es garantizar que sus vidas no hayan sido en vano; que no solo no van a ser olvidados, sino que de la humanidad saldrá algo bueno en lo que ellos habrán contribuido. Como dijo Abraham Lincoln en su Discurso de Gettysburg, “Dieron sus vidas para que esa nación pudiera vivir”.

Y debemos preguntarnos ¿“pudiera vivir” con qué fin? ¿Qué podemos hacer aquí, ahora, para garantizar la inmortalidad de esas almas, sea lo que fuere que pensaron era la razón por la cual estaban peleando, decimos que la humanidad llegará a ser MEJOR como resultado, y de eso modo daremos significado a su sacrificio.

Por los estadounidenses que murieron en las guerras, resolvemos “formar una unión más perfecta, establecer la justicia” y hay más, como saben, pero nos corresponde a nosotros hacer BUENA nuestra nación, y creo que los fundadores de nuestra república, algunos de los cuales caminaron por estas mismas calles donde estamos hoy, apreciarían que nos dedicáramos a defender, no sólo las palabras, sino la intención de nuestra Constitución.

En el caso de nuestra república, se lo debemos a quienes hicieron el último sacrificio, para que nuestra nación fuera BUENA.

Me he percatado de que Dios es poeta o, como mínimo, ha nombrado a William Shakespeare Secretario de Estado.

¡Solo miren al mundo! Xi Jinping y [Vladimir] Putin, junto con otras grandes naciones, que en nuestra arrogancia tendemos a ignorar --quizá sus vecinos no puedan encontrarlas en un mapa--, pero China y Rusia están encabezando un paradigma totalmente nuevo que se basa en el respeto mutuo, y en el crecimiento económico. (Y este nuevo orden fue propuesto hace décadas por Lyndon LaRouche, que fue atacado por ello, y sobre lo que Serguéi Glazyev les dirá).

Arabia Saudita e Irán han restablecido lazos diplomáticos y la guerra asesina en Yemen puede llegar a su fin, Siria ha sido acogida de nuevo en la Liga Árabe. Están en construcción ferrocarriles y puertos que abren corredores comerciales totalmente nuevos. Se están utilizando nuevas monedas para hacer este comercio con el fin de evitar el uso del dólar, que se ha convertido hoy en un arma.

Las naciones de África se rehúsan a doblegarse ante sus amos coloniales de antaño, y están tomando iniciativas en la escena mundial para conseguir la paz. Hay iniciativas por la paz que el Papa [Francisco] y el Presidente de Brasil, Lula [da Silva] están impulsando enérgicamente.

Imagínense lo que habría hecho Shakespeare con la visita de Zelenski a la Liga Árabe, donde sermoneó a la gente de Siria, Irak, Libia y Gaza por hacerse de la vista gorda ante la ocupación de Ucrania por Rusia.

Pero, sobre todo, ¿dónde está nuestro Francisco Goya que haría una pintura de la última reunión del G7, que tuvo lugar mientras Rusia tomaba finalmente a la ciudad de Bajmut, ahora conocida como Artemivsk, desmintiendo la fábula de la inminente victoria ucraniana, que Victoria (que bien llamada) Nuland acaba de decir en Kiev que puede tardar entre 1 y 16 años en conseguirse?

Déjenme preguntarles, ¿DÓNDE tuvo lugar esta reunión de los dioses del Olimpo, los amos del Universo? ¡En HIROSHIMA!

Y por favor, recuerden lo que les pasa a los dioses del Olimpo.

¿Y quién estaba allí, en el lugar que debería haber ocupado Rusia, sino un imbécil arrogante en camiseta agradeciéndoles su apoyo y arrastrándose para conseguir más?

El Presidente Biden escogió que la reunión de G7 fuera en Hiroshima, el lugar donde lanzamos una de las dos bombas nucleares que se han lanzado, asesinando a cientos de miles de personas, para anunciar su intención de enviar aviones de combate F-16 a Ucrania. No importa que no tengan pilotos que puedan pilotarlos, ni pistas donde puedan aterrizar.

No siempre ha sido así, y les diré que me alegro mucho de que Robert Kennedy, Jr. se haya presentado su candidatura presidencial porque está reviviendo otro espíritu: el espíritu de su padre y de su tío y su búsqueda de la paz y la justicia económica.

Hace sesenta años, el 10 de junio, el Presidente John F. Kennedy escogió la ceremonia de graduación de la promoción de 1963 de la American University para pronunciar un discurso extraordinario. Y en el Memorial Day (Día de los Caídos), recordemos que, al igual que el Presidente Garfield, el Presidente Kennedy era un veterano y también fue asesinado.

Kennedy dijo, en parte, y les exhorto a que lean el discurso completo durante sus vacaciones y el 10 de junio;

“Hablo de paz por el nuevo rostro de la guerra. La guerra total no tiene sentido en una era en la que las grandes potencias pueden mantener fuerzas nucleares grandes y relativamente invulnerables y negarse a rendirse sin recurrir a esas fuerzas. No tiene sentido en una época en la que una sola arma nuclear contiene casi diez veces la fuerza explosiva lanzada por todas las fuerzas aéreas aliadas en la Segunda Guerra Mundial. No tiene sentido en una era en la que los venenos mortales producidos por un intercambio nuclear serían llevados por el viento, el agua, el suelo y las semillas a los rincones más lejanos del globo y a las generaciones que aún no han nacido...

“Hablo de la paz, por lo tanto, como el fin racional necesario de los hombres racionales. Me doy cuenta de que la búsqueda de la paz no es tan dramática como la búsqueda de la guerra, y con frecuencia las palabras del perseguidor caen en oídos sordos. Pero no tenemos tarea más urgente”.

Mientras considero el callejón sin salida que tenemos ante nosotros, con el conocimiento de que por razones históricas y legítimas los rusos no pueden perder esta guerra y no lo harán, pero al mismo tiempo Boris Johnson está corriendo por Texas para apuntalar el apoyo del Congreso para enviar más armas a Ucrania, recordando la visita de Maggie Thatcher para “poner hierro en la columna dorsal del Bush” para la guerra de Iraq, me parece que sólo hay una salida.

Ese camino es que nuestra república, Estados Unidos de América, debe volver a los principios antiimperialistas sobre los que se fundó. Somos ciudadanos de una república, no súbditos del rey Carlos, gracias a Dios, ¡y deberíamos actuar como tales!

Muchas gracias.