Día de la Independencia de 2024: ¿Qué está haciendo Estados Unidos por la humanidad?
30 de junio del 2024 - El 4 de julio de 1821, 45º aniversario de la Declaración de Independencia, en respuesta a la pregunta "¿Qué ha hecho Estados Unidos en beneficio de la humanidad?", el entonces Secretario de Estado, John Quincy Adams, respondió:
Estados Unidos, con la misma voz que se proclamó a sí misma como nación, proclamó a la humanidad los derechos inextinguibles de la naturaleza humana y los únicos fundamentos legítimos del gobierno... En el transcurso de casi medio siglo, sin excepción alguna, ha respetado la independencia de otras naciones al tiempo que afirmaba y mantenía la suya... Dondequiera que se haya enarbolado o se enarbole el estandarte de la libertad y la Independencia, allí estarán su corazón, sus bendiciones y sus oraciones. Pero no va al extranjero en busca de monstruos que destruir. Es partidario de la libertad y la independencia de todos. Sólo es la defensora y reivindicadora de los suyos...
¡Qué trágico es que hoy no podamos decir lo mismo de nuestras acciones del último siglo! Nuestra nación ha adquirido el matiz de nuestro antiguo opresor y se ha convertido en lo que aborrecían nuestros fundadores. ¿Qué habría dicho John Quincy Adams sobre la guerra de Vietnam, el derrocamiento del iraquí Sadam Husein y el brutal asesinato del libio Gadafi?
¿Habría apoyado Adams nuestro envío de armas por valor de miles de millones de dólares a Ucrania e Israel, lo cual ha provocado la muerte de cientos de miles de personas, entre ellas miles de niños, sin beneficiar a nadie, simplemente para inflar los egos y las cuentas bancarias de unos cuantos déspotas?
Nuestra participación en estas guerras en el extranjero no sólo ha causado horrores a los pueblos que las sufren, sino que también está destruyendo el tejido mismo de nuestra propia nación. En el mismo discurso citado anteriormente, Adams dijo de Estados Unidos: "Sabe muy bien que al alistarse bajo otras banderas que no son las suyas... Las máximas fundamentales de su política cambiarían insensiblemente de la libertad a la fuerza... Podría convertirse en el dictador del mundo: ya no sería el soberano de su propio espíritu".
¡En ningún lugar fue más evidente esta pérdida de espíritu que en el reciente debate presidencial entre Biden y Trump! Las preguntas fueron en general estúpidas, y las respuestas de bajo nivel o mentiras descaradas; el actual Presidente mostró al mundo lo que ha sido obvio durante años: que no está en forma, ni física ni mentalmente, para dirigir a Estados Unidos en este preciso momento, y mucho menos en el futuro.
Y así, parece que el pronóstico de Adams era correcto, Estados Unidos ya no es el "soberano de su propio espíritu". No busquen el remedio en la actual cosecha de candidatos presidenciales mediocres o catastróficos.
El remedio está en cada uno de nosotros. Se encuentra en la frase inicial de nuestra amada Constitución, "Nosotros el Pueblo...".
Es hora de que "Nosotros, el Pueblo" dejemos de participar en nuestra propia opresión, que es siempre el resultado de tolerar o perpetrar el mal que se hace a otros. Como comprendió el gran poeta (y seguidor de la Revolución Americana) Federico Schiller, nada es tan destructivo para la naturaleza del hombre como intentar subvertir la voluntad mediante la fuerza o la violencia. Es por eso que Adams advirtió que la "libertad" sería sustituida por la "fuerza", como cuando se intenta imponer normas arbitrarias que van en contra de las leyes de la naturaleza.
Si no estuviéramos temporalmente cegados por nuestra propia sumisión a la locura, reconoceríamos que la chispa de la libertad encendida por la Revolución Americana ha prendido en el Sur Global, donde una nación tras otra abandonan el sistema colonial y se unen a Brasil, Rusia, India, China, Sudáfrica (BRICS) para trazar el rumbo de su propia independencia, cada una a su manera, pero guiadas por los intereses comunes de la humanidad. No debemos intentar aplastar este renacimiento de nuestra propia misión revolucionaria, sino colaborar en su progreso.
Las miles de millones de personas en África, Asia e Iberoamérica que por fin están tomando las riendas de su propio destino, no tienen ningún interés en destruir a Estados Unidos, ni les complace ver cómo nos destruimos a nosotros mismos. Nada traería mayor felicidad a miles de millones de personas que un Estados Unidos devuelto al espíritu de nuestra propia Declaración de Independencia, lo cual se demostraría convirtiendo nuestra vasta —pero moral y efectivamente en bancarrota— capacidad industrial de producir armas de destrucción masiva a producir la tecnología y la infraestructura que necesitamos para aumentar el poder del hombre sobre la naturaleza, no sólo erradicando la pobreza aquí y en el extranjero, sino uniéndonos a la iniciativa de China y Rusia para industrializar la Luna y más allá. Esto es lo que John Quincy Adams habría esperado de Estados Unidos en el 2024. Por eso les pido que apoyen mi campaña para representarlos en el Senado de Estados Unidos.