Detengan el golpe fascista de la City de Londres y Wall Street; Rusia, China, India y los agricultores y camioneros del mundo son tus aliados
16 de agosto de 2022 — El allanamiento del FBI del 8 de agosto a la propiedad del ex Presidente Donald Trump en Mar-a-Lago desató la indignación en todo el denominado “espectro político”. La congresista Marjorie Taylor Greene solicitó la destitución del fiscal general, Merrick Garland, y el ex gobernador de Nueva York, Andrew Cuomo, señaló correctamente, que a menos de que haya una razón muy convincente para esta aparente violación del debido proceso, la investigación del 6 de enero perderá toda credibilidad. (¿Alguna vez la tuvo?).
El allanamiento de la casa de un ex Presidente de Estados Unidos no tiene precedentes y constituye un asalto a la institución de la Presidencia. Equivale a un golpe de Estado contra nuestra forma constitucional de gobierno. Y eso es precisamente lo que exigió en el 2019 el ex director del Banco de Inglaterra, Mark Carney, durante su visita a una reunión de banqueros centrales en Jackson Hole, Wyoming. Carney propuso que se efectuara un “cambio de régimen”, mediante el cual los banqueros centrales reemplazarían a los gobiernos. Solo un tonto pensaría que este “cambio de régimen” estaba previsto para Estados Unidos solamente. El propósito de los banqueros centrales es que todo gobierno que se respete debe ser derrocado. Eso incluye de manera particular al poderoso gobierno central de China, con una población de 1.400 millones de personas, y 5.000 años de historia de construcción de ciudades y de progreso científico, así como también al gobierno del Presidente de Rusia, Vladimir Putin, quien de manera exitosa liberó a su nación del saqueo genocida del libre comercio de los amigos de Mark Carney en la década de 1990. También incluye a India, que acaba de celebrar el 75avo aniversario de haberse independizado del imperio británico.
Por extraño que parezca, incluso el desagradable y despistado Presidente Joe Biden es un objetivo de esta operación. No tengan ninguna duda, el allanamiento a Mar-a-Lago era también un mensaje para él. Recordemos que la presidente de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, voló recientemente en un palo de escoba impulsado por la ira hacia Taiwán, para provocar una guerra con China, a pesar de que un débil Biden dijo que “no era una buena idea”. El mensaje que transmiten es, “los Presidentes no dirigen las naciones, los banqueros de los bancos centrales sí lo hacen, y usted va a hacer lo que nosotros digamos, o si no ya verá”.
Por eso es tan urgente que nosotros, el pueblo, nos levantemos y derrotemos este ataque, como ya están haciendo los agricultores y los camioneros en todo el mundo. Los agricultores y camioneros están viendo el desmantelamiento total de nuestra economía física y saben de primera mano que si esta tendencia continúa estaremos todos muertos. ¿Puedes pensar en alguna persona que no necesite alimentarse?
Esta es la razón por la cual lancé mi campaña en contra del senador Chuck Schumer para las elecciones de medio período del 8 de noviembre. Fue Schumer, quien le dijo a Rachel Maddow el 3 de enero del 2017, que el Presidente electo Donald Trump era un “tonto” por perseguir al FBI y otras agencias de inteligencia porque estas tenían “seis maneras desde el domingo para vengarse de tí” si te atrevías a intentar poner coto a su poder.
La única manera de revertir esta amenaza, que nos está conduciendo rápidamente hacia la inanición masiva, o la guerra nuclear, o ambas, es que debemos crear un nuevo sistema de relaciones entre naciones perfectamente soberanas, como propuso por décadas el gran pensador estadounidense Lyndon LaRouche.
El precedente de LaRouche
El allanamiento del FBI a Mar-a-Lago fue precedido en 1986 por el allanamiento con 400 funcionarios del FBI, alguaciles federales, y fuerzas del orden locales, a la casa y las oficinas de Lyndon LaRouche, entonces candidato a la Presidencia de Estados Unidos. “Mientras no eliminemos de nuestro sistema de gobierno una podrida burocracia permanente que actúa como asesinos a sueldo, utilizando la autoridad del sistema judicial para perpetrar asesinatos, este país no es libre, ni nadie en él”, advirtió LaRouche, luego de pasar cinco años en la cárcel como prisionero político.
El gobierno del pueblo
Hay dos pilares sobre los que debe basarse un sistema legítimo de gobierno y de relaciones internacionales, y ambos están expresados en nuestros documentos fundacionales. El primero es el compromiso sagrado con el “bienestar general”, incluyendo el bienestar de “nuestra posteridad”. Si el gobierno perjudica al pueblo, si no crea condiciones en las que los ciudadanos tengan un mayor nivel de libertad, como en las “Cuatro libertades” de Franklin Delano Roosevelt, ese gobierno no tiene autoridad para existir.
El segundo principio, que está estrechamente relacionado al primero, y que viene del fundador de la ciencia moderna, el cardenal Nicolás de Cusa, es el principio del “Consentimiento de los gobernados”. (lean su obra Concordancia Católica, de 1433). Es decir, si todos los seres humanos son creados iguales a imagen del Creador, ¿qué le da derecho a cualquier ser humano a gobernar sobre otro? No existe tal derecho, a menos de que los gobernados lo otorguen libremente. Este es el principio que existe detrás de un gobierno “representativo”, como el que supuestamente tenemos en Estados Unidos de América.
Lo que Lyndon LaRouche entendió, que lo convirtió en tal amenaza al sistema, es que el poder de la dictadura financiera asentada en la City de Londres, con sus socios globales “demasiado grandes para quebrar”, es tan desmesurado y peligroso en su colapso, que sólo puede ser superado si las naciones más grandes y fuertemente soberanas trabajan juntas. Eso quiere decir que China y Estados Unidos deben cooperar entre ellos. Rusia, potencia nuclear, también debe ser parte de esta alianza. India, con una población de más de mil millones de habitantes podría ser un socio decisivo a la hora de establecer este nuevo orden con un acuerdo por un Nuevo Bretton Woods, que por supuesto estaría abierto a todas las naciones soberanas que quisieran participar.
Nosotros, el pueblo de Estados Unidos, debemos exigir que nuestro gobierno deje de actuar como interlocutor de los destructores de la civilización, quienes nos impulsan a la guerra precisamente con esas naciones que deberían ser nuestras aliadas si es que queremos sobrevivir.
Como asociada del finado Lyndon LaRouche por 33 años, y colaboradora de su esposa, Helga Zepp-LaRouche, en la actualidad, yo sé qué se tiene que hacer. Es por eso que decidí hacer campaña en las elecciones en contra del líder de la mayoría en el Senado, Chuck Schumer, que es responsable en gran medida por lo que estás sufrimiento y también tus vecinos, y eso sin mencionar la hambruna enorme de niños en Yemen y Afganistán, que se lleva a cabo a nombre nuestro.
Juntos con China, Rusia, e India, podemos someter a la podrida burbuja del casino transatlántico a una reorganización por bancarrota, que debería haberse llevado a cabo hace tiempo. La manera de detener la hiperinflación y elevar el nivel de vida no es jugando con las tasas de interés, sino aumentando masivamente nuestra productividad, lo que hará felices a los agricultores, ganaderos y camioneros. Esto implica que volvamos al sistema de reserva de oro y tipos de cambio fijos. En Estados Unidos debemos eliminar a la Reserva Federal y sustituirla por un Banco Nacional, que tendrá que emitir billones de dólares de crédito, no como rescates y bonificaciones para los pervertidos de Wall Street, sino para aumentar el poder del hombre sobre la naturaleza con la energía de fisión y fusión nuclear, y con proyectos de gestión del agua y transporte en todo el continente. Necesitamos un sistema de salud moderno en cada nación del planeta, además de agua limpia y una alimentación adecuada, lo cual quiere decir que tenemos que duplicar la producción de alimentos a nivel mundial, en lugar de recortarla, como exige el príncipe Carlos por supuestas razones “ambientalistas verdes”.
China ya está avanzando en esta dirección con su Iniciativa de la Franja y la Ruta, y además, debido a la política idiota de sanciones de Biden y de la Unión Europea (UE), Rusia también está avanzando en la dirección correcta. La gran pregunta es, ¿qué rumbo va a tomar Estados Unidos? Mi campaña en contra de Schumer está dedicada a sostener los principios expresados tan poéticamente por el Presidente John F. Kennedy, quien fue asesinado por el mismo aparato contra el que estamos luchando hoy. Como dijo Kennedy:
Ahora la trompeta nos convoca de nuevo, no como un llamado a empuñar las armas, aunque las necesitemos; no como un llamado a la batalla, aunque estemos enfrentados, sino como un llamado a soportar la carga de una larga lucha crepuscular... contra los enemigos comunes del ser humano: la tiranía, la pobreza, la enfermedad y la guerra misma.
¿Podemos forjar una alianza a nivel mundial en contra de estos enemigos, de Norte a Sur y de Este a Oeste, que pueda garantizar una vida mucho más fructífera para toda la humanidad? ¿Te unirás a ese esfuerzo histórico?
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